Detente un segundo y piensa en todo lo importante que has
hecho en el día. Probablemente vendrán a tu mente tres o cuatro tareas y nada
más. ¿Y el resto del día? ¿En qué lo hemos empleado? Probablemente lo hemos
dedicado a cumplir microtareas; es decir, esas pequeñas cosas cotidianas que no
sirven de nada para cumplir nuestras metas en la vida.
Ya sea en nuestro negocio, en nuestro trabajo, o en la vida misma, un requisito fundamental para salir adelante y alcanzar el éxito es ser cada vez más productivos.
La primera regla para ser más productivos es trabajar el mayor tiempo posible; sin embargo, el trabajo duro no siempre garantiza productividad si no realiza de manera inteligente.
Ponerse objetivos personales: nos ayuda a ordenar nuestra vida, a saber cuál es el camino a seguir, a tener una guía, a saber cuáles son nuestras prioridades, a programar nuestro inconsciente.
Romper nuestra marca personal: Procurar hacer cada vez más rápido las tareas.
Tomar breves descansos frecuentes: Trabajar seguido es lo peor que podemos hacer de cara a la productividad; para ser más productivos es necesario tomarnos pequeños descansos frecuentes, por ejemplo, estirándonos y relajándonos por un momento, saliendo a dar un vuelta, entrando a Internet y navegar un rato, almorzando sin nuestra computadora o el diario al lado, etc.
No descuidar la recreación: Equilibrar trabajo con descanso, pero también con recreación, por ejemplo, dedicándonos a hacer algún deporte, yendo de paseo con nuestra familia, jugando algo con nuestros amigos, leyendo lo que nos guste, o simplemente navegando por la red.
Motivarse a uno mismo: podríamos pensar en las cosas que conseguiríamos si fuéramos más productivos, por ejemplo, tener nuestra propia empresa, tener mucho dinero, viajar por el mundo, tener tiempo para nosotros y para nuestra familia, etc.
Aprovechar el impulso: Si en algún momento nos sentimos motivados, con energía o simplemente con ganas de trabajar, aprovechar el impulso para avanzar con nuestros trabajos, en vez de hacer aquellos que sean sencillos.
Aprovechar todo momento: Por ejemplo, si estamos en el bus, en vez de hacer lo que hacen todos que es mirar por la ventana, podríamos hacer algo productivo como leer algo útil; lo mismo en la sala de espera, en la cola, o en cualquier otro lugar o situación en donde antes no hacíamos otra cosa que no sea esperar.
Mantener ordenado las cosas: así no perdamos tiempo en buscarlas.
Aprender a decir “no”: Para ser más productivos es necesario aprender a decir “no”, por ejemplo, cuando alguien nos diga para tener una reunión, para salir a almorzar, para ir a una fiesta, o para hacer cualquier otra cosa que podría quitarnos tiempo o agotarnos.
Mantenerse saludables: para lo cual deberíamos hacer ejercicios con regularidad, tener una sana alimentación, no comer demasiado por vez (sobre todo en las noches), dormir bien, etc.
Aplica la “regla de los 2 minutos”: Es decir, si te
encuentras ante una tarea que te interrumpe el flujo de trabajo, piensa si
la puedes terminar en tan solo dos minutos.
Elimina toda las microtareas que no sean importantes. Te asombrarás de cuánto
tiempo podrás recuperar.