15/6/11

Paranoia, amenazados todas las 24 horas de día

Paranoia, amenazados todas las 24 horas

La paranoia se caracteriza por el desarrollo de ideas delirantes, como ser perseguido, envenenado, amado a distancia o engañado por el cónyuge. Afectar principalmente a personas mayores de 30 años; no obstante, diagnóstico y tratamiento oportunos detienen su evolución
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La paranoia es una enfermedad mental que se caracteriza por un temor muy grande y una gran desconfianza hacia las demás personas.

Un hombre soberbio, arrogante, que insiste en acusar a su cónyuge de infidelidad, contrata detectives, coloca grabadoras en la casa e interpreta todo saludo, gesto, mirada o forma de vestir como pruebas ineludibles de adulterio; llega al grado de agredir físicamente o amenazar de muerte si no se le confiesa 'la verdad'. Los hijos le rehuyen; la esposa, apesadumbrada, siente miedo por la persecución de que es objeto, y pide el divorcio.

Un padre de familia obsesivo, tímido, callado e introvertido, comienza a pensar en su trabajo: 'Las cosas han cambiado, me miran distinto, algo me van a hacer'. A la par, lee la Biblia y cree encontrar mensajes dirigidos a él, anunciándole que debe cumplir una misión especial; piensa que sus vecinos quieren interrumpir esta obra por todos los medios: los ruidos que se escuchan son hechos a propósito para molestarlo, le envían polvos envenenados por debajo de la puerta o le suspenden el suministro eléctrico y el teléfono. Atormenta a sus familiares, pero no abandona sus obligaciones y tareas habituales.

Ambos son casos típicos de trastorno delirante paranoide, coloquialmente conocido como paranoia.

Las personas paranoicas echan la culpa a todos y a todo de sus propias fallas.

El problema es severo, ya que la sensación de inseguridad y miedo, les impide realizar actividades, los aísla de los demás y muchos hasta dejan de trabajar, salir a la calle y tienen muchos problemas familiares.

Todavía se desconocen las causas que originan este padecimiento y sólo se sabe de las características de la personalidad. Hablamos de personas que evitan la intimidad por temor a dar información que pueda ser utilizada como arma por sus enemigos, siempre están alerta y en tensión, son rencorosas, recuerdan los agravios, las humillaciones y los insultos por siempre, y están a la espera de una oportunidad de venganza.

Asimismo, se sobrevaloran, presentan poca tolerancia a las observaciones de otros y critican ácidamente. Buscan inspirar respeto con sus rasgos duros y tienen un tipo de conducta para los allegados y otra muy distinta para los demás: en casa siempre están malhumorados, son poco comunicativos, pero con sus amigos o en el trabajo son bromistas, charlan y se hacen querer. Niegan aspectos dolorosos, contradictorios o desagradables, y proyectan en los demás su ira y enojo.

Tipos de paranoia:

La conducta de estas personas cambia de un individuo a otro, dependiendo de los tipos de delirios que padezcan:

• Prejuicio. Una ofensa o humillación hacia ellos dan pie a pleitos y hasta la intervención de autoridades para reparar alguna supuesta injusticia que se ha cometido hacia ellos.

• Celos. Establecen sistemas de vigilancia en torno al cónyuge o al supuesto amante; incluso amenazan a su pareja, limitan su actividad y se vuelven agredidos. Es más frecuente en varones y resulta difícil de tratar.

• Grandiosidad. Individuos convencidos de que son personas importantes, hijos de algún personaje famoso, han realizado algún tipo de descubrimiento relevante o tienen facultades o poderes especiales. Junto con el delirio de celos, es el más difícil de tratar.

• Somáticos. Son quienes viven convencidos de padecer alguna enfermedad, sufrir deformidades o emanar olor repugnante.

Diagnóstico y tratamiento:
Es raro que una persona con trastorno delirante paranoide pida ayuda profesional, debido a que muchas veces no está consiente de su enfermedad o porque se aísla; casi siempre será la familia quien solicite ayuda al observar trastornos conductuales, agitación y sospecha de que 'algo anda mal'.
Es importante acudir a un especialista (psiquiatra) capaz de detectar este trastorno, a fin de que confirme el diagnóstico y, de ser necesario, lleve a cabo el tratamiento adecuado, que consiste en el uso combinado de psicofármacos y psicoterapia individual.

Es poco lo que se puede hacer para evitar que surja este padecimiento, pero un diagnóstico oportuno y tratamiento temprano del mal evitarán su evolución, lo controlará y, sólo en ocasiones, lo hará desaparecer por completo. Ante todo, es importante el apoyo de la familia, de quien depende en gran medida la creación de un ambiente propicio para la recuperación.

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