19/9/12

Huellas que marcan nuestras vidas

“Hay personas que nos hablan y ni las escuchamos; hay personas que nos hieren y no dejan ni cicatriz... pero hay personas que simplemente aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre.”Lo que tenemos que hacer para que nuestro paso por la vida no sea sólo un nombre o un número de identidad, es tratar de ser una persona que se recuerde, dejar una enseñanza, que se nos recuerde por las buenas obras hemos hecho, por la ayuda desinteresada a nuestros semejante.

Para que nuestro paso por la vida no sea en vano, hay que tratar que se nos recuerde por algo.
Muchas veces me he puesto a pensar en aquellas personas que han dejado huella en mi vida. No son pocas pero tampoco muchas.

Siempre me he preguntado qué quedará de mí, qué huella dejaré en aquellas personas que me han conocido, que me han tratado, que me han querido en algún momento de sus vidas.

Camina por donde nunca nadie antes haya caminado. Haz lo que nunca nadie antes haya hecho. Deja tus propias huellas y no pises sobre las huellas de los demás porque no dejaras marca.

Personas que dejan huellas en nuestras vidas
Cada persona que vamos conociendo, van dejado huellas en nosotros, van moldeado de alguna manera nuestras vidas. Algunas huellas serán más profundas que otras, algunas dejarán alegrías, otras tristezas, pero todas, enseñanzas. Esas huellas nos permiten ser lo que somos y estar donde estamos.
Las primeras huellas son las de nuestros padres, son las más profundas porque somos seres dependiente, sin conocimiento de la vida y sus conflictos.

Luego de a poco empiezan a aparecer otras personas que junto a sus palabras y actitudes van dejando otras huellas: La familia, escuela, amigos, compañeros de estudio, conocidos, profesores, vecinos, alumnas, libros, etc.
A pesar de ser la suma de huellas hechas por manos ajenas también podemos trabajar con las manos más importantes de todas: LAS NUESTRAS.
Así como otros moldearon nuestras vidas con sus propias creencias, costumbres, conflictos, sabiduría, grandezas y miserias, uno también puedo imprimir sus propias huellas adaptándolas a nuestras necesidades físicas, mentales y espirituales.
Por eso nunca es tarde para cambiar, para ser feliz haciendo lo que a uno le hace bien, lo que uno quiere y no los demás.
Por lo tanto si podemos rescatar una enseñanza de cada huella, es muy simple para uno, saber lo que queremos y elegir con quien queremos estar en todos los órdenes de nuestras vidas.
Cabe reconocer que gracias a las huellas aprendemos a decir NO, a perdonar y dejar partir.

Hay que comprender que somos el resultado de una suma de huellas.
La vida implica crecimiento, en este crecimiento, inevitablemente, se va envejeciendo, sin embargo,  muchas personas envejecen sin madurar.
Pero, muchas personas siguen siendo niños de 50 o 60 años. El envejecimiento tan sólo les ha traído arrugas, pero no dan frutos, no han madurado y sus acciones son intrascendentes. La vida para ellos no tiene sentido real.
Cuántas personas han tenido las mejores oportunidades y las han desperdiciado. Otros han tenido muchísimas dificultades y han salido adelante.

Como enseñarles a nuestros hijos a dejar Huellas


La mayor parte de los niños tienen la idea de trabajar para otros, ser empleados en una buena empresa. Pero, se les debe orientar a ser autosuficientes y a formar empresas.

Enseñándoles con ejemplos claros a seguir nuestros pasos, nuestras huellas.
Si en tu proceso de crecimiento o envejecimiento dejas huellas a seguir, nunca serás olvidado, tu vida continuará como cuando dejas las huellas labradas en piedra. Tus semillas se expandirán por siglos.
Si no has madurado, las huellas serán grabadas en arena y, cuando llegue el viento, desaparecerán para siempre.

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