14/6/11

El aburrimiento

Hay muchas personas, principalmente los niños y los jóvenes, que cuando están solos, se aburren durante sus tiempos de ocio, debido a que no tienen ni el hábito, ni los estímulos para distraerse o divertirse

El aburrimiento es un estado de ánimo producido por la falta de estímulos, diversiones o distracciones. El aburrimiento, junto a la soledad y la pereza, es una de las plagas de la sociedad actual, lo mismo en los jóvenes, que en las personas mayores. Situación que la mayoría de las veces es originada por una mala educación de los padres o una falta de dedicación hacia los hijos, al dejarles que sean educados por la televisión, las pantallas electrónicas o los amigos. Después de mayores, ese hábito de aburrirse tiene muy pocas posibilidades de corregirse, pues se convierte en un círculo vicioso a través de la gran tristeza y posible depresión.

El aburrimiento puede producirse, por una soledad mal administrada o mal entendida, pues la soledad no tiene que producir aburrimiento. Al contrario, esa soledad, en vez de aburrir, puede ser un periodo de descanso, que sirva para meditar y poner las cosas en orden.

Hay muchas personas, principalmente los niños y los jóvenes, que cuando están solos, se aburren durante sus tiempos de ocio, debido a que no tienen ni el hábito, ni los estímulos para distraerse o divertirse. Les han acostumbrado a que sus tiempos de ocio sea dirigido por sus juguetes, padres obsesivos o por la industria de entretenimiento a través de las pantallas electrónicas, con todos los inconvenientes que tienen esas situaciones. Muy pocos padres dan a los hijos las herramientas necesarias, para que se acostumbren a no aburrirse. Esas herramientas tienen que estar en relación con la edad física y mental de cada niño. Lo mismo pasa con los adultos.
Esos niños, de mayores será mucho más fácil que caigan en las manos y la mente perversa de la industria del entretenimiento, que trata de hacerles adictos al consumo de sus productos o servicios. Así, mientras están consumiendo entretenimiento, no piensas en su crecimiento personal, social, ni religioso, lo que produce generaciones de personas acostumbradas a que otros, les distraigan para que no se aburran.

Algunos hijos se aburren de todo, porque ya tienen de todo. Para no aburrirse necesitan experiencias nuevas, que muchas veces les resultan perniciosas. El aburrimiento es una de las grandes puertas de entrada hacia el consumo de drogas, sexo, pandillas y otros vicios. El aburrimiento es una de las cosas que les produce las ganas de explorar nuevas avenidas, para ver si por ellas encuentran la forma de distraerse y divertirse. Avenidas que la mayoría de las veces, terminan de forma violentamente grave, porque para pagar su diversión que les saque del aburrimiento y obtener beneficios económicos, inducen a otros adolescentes al consumo de drogas o alcohol.

Muchas veces se aburren los niños y los jóvenes, porque sus padres o educadores, no les prestan la debida atención y sienten que están solos o abandonados.
Algunos padres no saben, no quieren o no pueden enseñar a sus hijos, a no aburrirse o no les dan las herramientas necesarias, para que ellos mismos hagan lo conveniente para no aburrirse. Por eso aceptan que la industria del entretenimiento, el gobierno o terceras personas, solucionen el aburrimiento de sus hijos.

Cuando esas ausencias a la escuela se convierten en rutina y los padres y los profesores, no se percatan de que han ocurrido o no se quieren dar por enterados, se abre la posibilidad de que se cree un hábito muy peligroso, por los riesgos presentes y futuros que conlleva. Deja de ser una falta motivada por el aburrimiento, para convertirse en un modelo pernicioso de juventud. Los padres tienen que atajar con firmeza las faltas a clase, aunque sean esporádicas.

De 3 a 6 de la tarde es uno de los momentos más importantes en la educación de los hijos. Su actitud y actividades en ese periodo les marcarán el futuro. En esa franja horaria es cuando muchos hijos salen de la escuela y esperan en la casa a que lleguen sus padres, pudiendo hacer lo que quieren, pues no tienen supervisión.

La gran mayoría de los jóvenes que se aburren en clase, tienen la autoestima totalmente por los suelos, siempre se autojustifican para defender su actitud y están sensiblemente, por debajo de la media de aprovechamiento de sus compañeros.

Frases de los jóvenes que se aburren en la escuela:

1. El estudio me aburre, no me gusta estudiar.
2. El profesor me margina, porque no voy bien y al ritmo de los demás.
3. El profesor siempre me está gritando y reprochando mi ignorancia.
4. Los compañeros y el profesor se burlan de mi y dicen que soy torpe.
5. Me aburre asumir las responsabilidades del estudio y de las tareas, prefiero no hacer nada.
6. Me aburre la clase y me da pereza empezar a estudiar.
7. Me aburro mucho, porque no se concentrarme en lo que tengo que hacer.
8. Me esfuerce o no, siempre saco malas notas y nunca buenas.
9. Me interesa el Internet, la música y los amigos, no me interesa lo que dicen en la clase.
10. No entiendo nada de lo que dicen.
11. No se me queda nada de lo que explica el profesor.
12. No tengo ningún motivo para sentir que estudiar sirve para algo.
13. No valgo para estudiar, soy un inepto.
14. Para justificar mi aburrimiento, no me importa mentir continuamente.

Se aburren los cónyuges, porque su amor ha disminuido y no han puesto los medios para remediarlo.

Se aburren los padres de repetir una y mil veces los mismos consejos, ordenes, castigos, etc. cuando no obtienen los resultados que desean.
Se aburren los trabajadores y los empresarios, de hacer siempre lo mismo y por lo tanto obtener siempre los mismos resultados. Por falta de innovación, de reinventarse, de intentar nuevas metas, es decir porque siguen en la trampa de la rata, dando vueltas continuamente sin ningún norte.
Se aburren los maestros de intentar educar, a los alumnos que no quieren aprender. De ser ignorados por los clásicos alumnos de siempre, que alteran el orden sin que nadie pueda decirles, ni hacerles nada. De que esos alumnos sean intocables en sus acciones, que perjudican a todo el grupo, por cuatro maleducados.

No se aburren los niños, jóvenes o mayores, que tienen un proyecto de vida, basado en la práctica continua de las virtudes y valores humanos, con objetivos claros y concretos y con los medios para comprobar lo que están haciendo bien en la vida y observar, las desviaciones realizadas sobre sus objetivos.

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